4 de noviembre de 2007

Under my Thumb

Sé que estoy borracha.. O tal vez me gusta esconderme tras ese desenfreno que da la borrachera. Aunque si estuviera tan borracha no estaría paseando mis dedos sin disimulo entre su tejano y su piel. O sí, quien sabe. Pero no pienso dar marcha atrás.

(…)

Estoy en la fiesta de unos amigos, en la montaña, cumpleaños feliz, sha la la, más bien cumpleaños alcoholizado, drogas y mucho pijerío. Odio el pijerío. Jajajaja…Sí, claro, y sexo. En estas fiestas nunca falta el sexo. Por algo son grandes fiestas.

Hay para escoger. Habitación de matrimonio, orgía hetero. Salita, rollo gay y lesbis.. y en el baño grande hay un jaleo..que soy incapaz de definir el percal …paso de largo. En el pasillo estaba él, el protagonista de la fiesta, que celebraba sus 35. Eso es lo último que recuerdo con caridad.

(…)

Me encuentro en una especie de loft, con el techo inclinado, debe ser la buhardilla. Todo decorado estilo hindú. Estoy cómoda, sin mis zapatos. Descalza. Él no habla. Me mira. Estamos sentados en el suelo, sobre una alfombra preciosa de color rojo, repleta de cojines. Se puede ver el cielo a través de las ventanas del techo. Pero no es el cielo lo que ahora me importa.

Estoy caliente. Sí. Al fin y al cabo no estarlo no sería normal en este ambiente… y con estas copas de más.

Suena buena música de fondo, mezclada con el alcohol invita a desinhibirse…Sí. Invita. Ya lo creo.

"Under my thumb
The girl who once had me down.
Under my thumb
The girl who once pushed me around.
It's down to me"

Lo estiro en la alfombra, reposando su cabeza en los cojines. Mis dedos juegan con sus tejanos. Me arrodillo entre sus piernas y él alcanza mi mano para posarla sobre su verga. Lo miro. Con descaro. El mismo descaro que gasta él. Debe ser que el alcohol ha ahogado mi timidez. Me gusta sentirme así. Libre. Excitada. Excitando.

Desabrocho su pantalón, y lo bajo, sólo lo necesario para que no me moleste..mmmh…sí, justo ahí. Saco su miembro con mi mano. Esta duro, muy duro. Me inclino hacia él.

Repaso con mis labios entreabiertos cada centímetro de su piel, de abajo a arriba, despacio, muy lento. Ahà…rozo como sin querer su glande, y haciéndome la despistada vuelvo a bajar con mi lengua hasta sus testículos, presionando. Me paro unos segundos, lo justo para notar como estos ascienden excitados. Lamo. Los mordisqueo muy suavemente dejándolos escapar entre mis labios.

Con la yema de mis dedos acaricio sin acariciar la superficie de su verga, y ayudada de mi mano la atraigo de nuevo a mis labios, introduciéndola tan sólo un par de centímetros. Lo justo para hacer que mi lengua correteé sin prisas alrededor de su glande en sentido de las agujas del reloj. Asi...

Dejo que resbale sigilosamente entre mis labios, hacia adentro. Sí, como no, con sigilo y sin ayuda de mis manos. Mmh, sé que está disfrutando, es lo que deseo. Lo sé.

Oigo su respiración agitada.

Así….despacio….subo y bajo….arriba y abajo…. ensalivándola dulcemente, mientras él marca el compás con las manos apoyadas en mi cabeza… yo seguía succionando y lamiendo…mmhh…si…a su ritmo…ahà

Noté como su cuerpo se tensó tras un fuerte gemido de placer… si… este si ha sido un buen regalo de cumpleaños….cierto?

Como un Sigilo

Mi cuerpo sentado sobre el tuyo, mientras intento apoyar mis brazos en ese minúsculo espacio que queda entre tus piernas….cabalgo despacio, saboreando cada movimiento, cada susurro de nuestros cuerpos. Quiero sentirte dentro. Muy dentro. Y sé que me sobra tiempo. Me he colado descaradamente en tus sueños para saborear tu piel.

Duermes. Me encanta rozar cada centímetro de tu cuerpo sin ser vista. Sin ser oída. Con delicadeza o con arrogancia, con sensualidad o con ternura. Jugar al escondite entre tus sábanas. Te excito. Me excita. Tu cama es mi Edén, convierto tus sueños más ardientes en mis más libidinosos deseos…..

Y desaparezco, tan pronto como el primer rayo de sol alcanza tu ventana… dejando tu cuerpo dolorido de placer…. Tal vez vuelva… ComeUnSigillo.

1 de noviembre de 2007

Trust Me

Sonrío, maliciosa. Sí. Mmh…

Estoy sentada de rodillas entre sus piernas. Me encanta observar como duerme.

No hace mucho que nos conocemos. Esto no es un flechazo, ni amor, ni nada por el estilo. No. No lo es. Es una relación de puro morbo y atracción. Simplemente disfrutamos de nuestras fantasías sexuales juntos. Deseo y placer, puro y duro. Simplemente me excita. Le excito. Sin ataduras de ningún tipo.

Miento. Ataduras existen.

Y no os creáis, no ha sido fácil atarle a la cama sin despertarle…


(…)

Nos encontramos en una casa de turismo rural. Habitación con terraza, chimenea, paredes rojas y de piedra vista. Y una cama con dosel. Con dosel. Sí. Y un cielo dulcemente estrellado. Ideal para los románticos. Perfecto para los traviesos.

Anoche le dije que no quería sexo. Y realmente no quería, tan sólo me apetecía sentir su cuerpo cerca del mío. Pero eso fue a las doce…

Son las cuatro de la mañana.

(…)

Cojo el quinto pañuelo y le tapo los ojos, no quiero que vea nada cuando despierte. Quiero excitarle. Desubicarle.


Sentada encima de su descansado sexo, recorro con mis dedos su cara: su frente, sus cejas, perfilo su nariz, sus labios. Rozando...tan sólo rozando. El muy cabrón... fingía dormir pero juguetea con mis dedos que se entretienen golosos en sus labios. Los muerde, con deseo. Esos labios siempre me hacen perder la razón...


Me inclino, apoyando mis rodillas y mis manos en el colchón, a cuatro, con la espalda arqueada, para poder alcanzar sus labios. Al principio tan sólo rozándolos tímidamente, dejando que mi lengua se deslice por ellos para humedecerlos. Luego abrimos cada vez más nuestras bocas. Dejo que aspire mi lengua mientras mi culito en pompa juega a subir y bajar rozando mi húmedo sexo con su verga erecta y soberbia. Si, justo así, con ese vaivén que se que le vuelve loco...


Me encanta verle excitado, sudoroso, loco de deseo, sumiso…intentando liberarse de los pañuelos que sujetan sus muñecas para alzar su cabeza en busca de mi piel…quiere que lo desate, pero el juego no ha hecho más que empezar..


Alcanzo con una mano la nata que espera en la mesita…..endulcemos el juego… Mmmmhh…

Mi dedo índice unta descarado mis pezones, dibuja una linea curva desde mi pecho hasta mi coño, recreándose antes en mi vientre, ya contraído y tembloroso por el deseo. Poso dulcemente uno de mis pezones en sus labios, ardientes. Lame. Mordisquea. Masajea con su cara mis pechos. Me dejo llevar, como a él le gusta. Como él me ha enseñado. Cierro los ojos. Siento. Tan sólo quiero sentir.

Noto como mis pechos se hinchan, y mis pezones duelen, pero no huyen de sus caricias. Me deslizo por encima de él, como una gatita en celo, haciendo que su lengua pasee por mi piel camino de mi sexo.


Aja…Sí, ahora sí, te tengo donde quería…Justo entre mis piernas..mmmh....
Apreto mis nalgas contra su cara. Me gusta. Disfruto. Disfruta. Su lengua danzarina se apresura a deslizarse entre mi sexo, jugando con él. Maldita descarada, me vuelvo líquida en cada uno de sus movimientos. Fuertes. Precisos. Hambrientos. El cuerpo me duele de deseo tanto como a él. Mordisquea mis ingles, para luego volver a mi coño; se recrea en mi clítoris, que entra en ebullición al ser succionado. Besado. Lamido. Mordido. Con arrogancia. Como si le perteneciese. Y le pertenece. Justo ahora, es suyo. Con su boca adherida a él, mueve su cabeza bruscamente, golpeando mis nalgas, gimientes y temblorosas. Me duele. Me excita. Giro mi cabeza, buscando con la mirada su miembro, que palpita con las venas hinchadas de deseo.

-Te voy a follar... si….– le susurro, regalándole una sonrisa juguetona.

Destapo sus ojos mientras mi cuerpo baja hacia su verga deseosa de humedad. Me mira. Está fuera de sí. Quiere penetrarme. Apreta los dientes. Su cuerpo se retuerce sobre las sábanas..y yo, a cuatro patas, busco el ángulo ideal encajarla entre mis piernas. Para poseerla.

Ahogo en mi garganta un gemido, siento como su glande resbala lentamente en mi interior. Mmmh… Tiemblo. Inclino hacia detrás mi espalda para acabar de introducir su miembro. Así. Despacio. Saboreándolo. Y me muevo cabalgando…lentamente mirándole directamente a los ojos. Sí…Cabalgo…